Chile

Diego Rodríguez Parra

Diego comenzó a viajar en bicicleta para conocer los hermosos parajes de nuestra tierra movilizándose con su propia tracción, nos cuenta que siente que nuestros cuerpos son máquinas con una capacidad inimaginable, los cuales pueden llevarnos hasta donde nuestros ojos nos permiten ver.

Forma de Viajar

Sus bicicletas son de Tipo Gravel / Monstercross.

Considera que la bicicleta es una herramienta que nos da la posibilidad de establecer relaciones mucho más cercanas con las personas que habitan los sitios que visitamos, siente que al viajar en bicicleta las personas muestran mayor interés en conocernos y más empatía con nosotros, versus otras formas de viajar.

Destinos y Experiencias

Su destino favorito ha sido recorrer la Patagonia argentino-chilena.

Nos cuenta que fue una experiencia bastante dura física y emocionalmente hablando, comenzando por las ventosas, hostiles y hermosas explanadas fueguinas entre Ushuaia y Porvenir, luego la fría y otoñal Patagonia argentino – chilena entre Punta Arenas y El Chaltén, incluyendo un increíble cruce desde el Parque Nacional Torres del Paine al Parque Nacional Los Glaciares por el paso fronterizo baqueano Zamora, y finalizando con la carretera austral entre Villa O’Higgins y Chaitén.

Cada uno de los tramos marcados por sus respectivas particularidades: ráfagas de viento mayores a 70 km/h en tierra del fuego, jornadas de pedaleo con temperaturas promedio inferiores a -5 grados celsius en Patagonia, mucha lluvia y caminos complejos en la carretera austral, pero todos compartiendo factores comunes: largas jornadas sobre la bicicleta, hermosos paisajes, personas increíbles en la ruta y la empatía gigante de quienes nos abrían las puertas de su casa.

El mayor obstáculo en ruta, ha sido superar sus propios miedos y demonios internos, lo demás es solo confiarle al cuerpo y soportar las inclemencias del clima.

Nos cuenta que su próximo desafío será recorrer América latina completa.

Recomendación a los nuevos viajeros

En estos viajes tuvo la suerte de conocer a personas increíbles que a pesar de tener una avanzada edad, no tener un estado físico “óptimo”, e incluso no tener los recursos económicos necesarios habían tomado la decisión de hacer de la bicicleta su hogar y de recorrer el mundo su actividad cotidiana.

No hay excusas, sólo romper las cadenas de nuestros miedos y lanzarnos a la aventura, yo creo que lo central de esto radica en la siguiente frase “No se trata de estar en movimiento, se trata de ser el movimiento”.